Ella imagina...

lunes, noviembre 12, 2007

el hombre deseado


Era una tarde. En una ciudad cualquier que tuviera una taquilla de metro. Podría situarse la escena en una ciudad lusa. Un grupo de chicas esperaban su turno entre conversaciones superpuestas, cuando un silencio se hizo en el lugar mientras un hombre era atendido en la taquilla contigua. Todos los cuellos giraron a la vez, el mío también.

Las aceleradas hormonas de la edad del descaro hicieron que se oyera la frase ¡qué pedazo tío! acompañadas de una mirada atrevida de la joven morena alta con botas blancas - proseguido de la frescura de un ¡Ummm! ¡Está buenísimo! de otra chica rubia de ojos verdes insinuantes- ¡Qué cuerpo! – añadió la que mascaba chicle - ¡Y qué culito tienes! – dijo la más atrevida- ¡Qué rule, qué rule! – se escuchó junto a una mirada desenfadada.

Aquella frescura en cada gesto, el atrevimiento y el arrojo con que agasajaron a aquel hombre era descaro, era una desfachatez, pero cada pensamiento, cada mirada, cada gesto, cada intención era compartido por cada mujer que esperaba su turno en la taquilla del metro.


1 Comments:

Blogger @Igna-Nachodenoche said...

Por suerte así va sucediendo en la realidad diaria, dejamos de lado nuestras verguenzas, y exponemos claramente lo que sentimos.

Bs.

2:52 p. m.  

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