la frase
La mayoría de las películas no exigen nada del público, porque no confían en él.
(Jim Jarmusch, 1986)
La mayoría de las películas no exigen nada del público, porque no confían en él.
En ocasiones, aterrizan a nuestros oídos palabras y frases hechas, que sirven por un lado de apoyo al siguiente pensamiento del interlocutor-emisor del mensaje, mientras se toma una nueva bocanada de aire y por otro lado, manifiestan una clara e inquietante repetición en tiempo y persona. Entre ellas, las últimas adquisiciones