Ella imagina...
miércoles, septiembre 26, 2007
jueves, septiembre 13, 2007
en tierra de nadie
Apenas aterrizó por las calles circulares de Ámsterdam contrajo una pequeña otitis. Era una ligera infección.
Al son del allegre ma non tropo, navegando por la Serenísima, cada nota musical se adhería al cuerpo en forma de grano, hasta convertirse en urticaria.
Entre el bullicio de un bazar turco, un resbalón y un esguince en el pie izquierdo. Le quedaba el derecho.
Las casualidades estaban allí y las buscaba o no…
Una apendicitis en Washington, en Madrid una varicela, un cólico nefrítico en Yemen. En cada viaje, contraía una nueva enfermedad, y en lugar de coleccionar museos, monumentos, iglesias, estatuas, parques, jardines, calles, bancos, farolas, tejados o alcantarillas, comenzó a coleccionar instantáneas de hospitales.
Tal era su pasión por viajar, que poco le importaba aterrizar y llegar directamente al hospital. Algunos medios de comunicación se hicieron eco de la noticia. Los titulares le llamaban el enfermo viajero… En cada nuevo destino, le reservaban una habitación en el centro hospitalario. Visitó Bangkok, Estocolmo, Vietnam, Montevideo.
De repente, su pasión por conocer lugares desconocidos fue menguando en proporción inversa a las enfermedades que contraía. Las últimas eran auténticas rarezas médicas. Un día dejó de viajar y comenzó a sanarse. Vivió hasta los 74 años.
domingo, septiembre 02, 2007
nadie sabe
Somos en el momento en que, al nacer, nos identifican con un nombre. Somos un nombre y unos apellidos, que nos acompañarán toda una vida; nos identificarán, nombrarán, llamarán, nos convertiremos en diminutivo, en apodo, o nos designarán otro nombre. Aunque también podemos ser el nombre que nunca tuvimos; el suyo fue Gema… Nombres y apellidos que se entremezclan según sea nuestra nacionalidad, los apellidos se vuelven nombres y los nombres apellidos, haciéndose delgada la línea divisora… Luis Martín Vicente Fernando.